Ha empezado el verano, y mi madre como cada año ha decidió hacer limpieza de armarios, cosa que odio, porque si por mi madre fuera, toda mi ropa estaría en estos momentos en la basura, ¿Debería preocuparme por eso?, no por la obsesión de mi madre por deshacerse de todo aquello que vaya encontrando en esas “redadas de armarios”, cosa que veo muy normal entre madres… sino por el hecho de que mi madre se quiera deshacer de mi ropa, ¿tan mal la ve?.
En fin, expuesta esta incógnita que me reconcome por dentro (no os lo creáis), explicar por qué he comentado a lo que se dedica mi madre en su tardes de verano, pues bien, esta gran mujer ha encontrado un vestidito que solía ponerme de pequeña, y de no ya tan pequeña (solo para complacerla).
Al verlo se ha encendido en mí la bombilla de la creatividad.
Tras probármelo y comprobar que aun sigo teniendo un cuerpecito de niña (tampoco os lo creáis), se me han ocurrido unos cuantos arreglitos que le vendrían bien, es más, ¡he hecho hasta un dibujo!.
Por lo que ese vestidito que tanto me gustaba (otra mentira) se va a convertir en mi primera obra de arte, las vueltas que da la vida…
Cómo no, me tocará aguantar a mi madre diciendo, cada día, la razón que llevaba al hacerme poner ese maravilloso vestido cuando era pequeña. ¡Paciencia Martita!
Imagen del vestido y de las pequeñas modificaciones que tengo pensadas. Pronto el resultado final |
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